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Fuentes de Financiación Alternativa

Fuentes de Financiación Alternativa 

Este año 2014 estamos experimentando la “reapertura” del grifo de la financiación por parte de las entidades financieras. Tras años “negros” para la pyme española en los que la coyuntura económica y la debacle del sector financiero secó sus habituales fuentes de financiación externa, parece que las recientes modificaciones en la regulación bancaria así como la notable recuperación de la confianza en los mercados están reactivando el crédito bancario.

Esta noticia es, por supuesto, muy positiva para la economía española, pero la fuerte dependencia que presenta la empresa española del sector bancario para satisfacer sus necesidades de financiación merece cierta reflexión. Analizando la financiación en España y comparándola con otros países, obtenemos diferencias considerables: en 2010 en España, aproximadamente el 80% de las empresas recurrieron a los bancos, mientras que en otros países este porcentaje disminuyó sensiblemente, en Francia o Alemania fue el 50% de las empresas y en EE.UU el 30% (datos BME). Estas diferencias residen en la variedad de vías de financiación alternativa que llevan años empleándose como norma en estos países; vías alternativas, que sí es cierto, han comenzado a utilizarse en España en los últimos años por la ya mencionada falta de crédito bancario.

Trataremos de explicar algunas de estas fuentes alternativas que empiezan a asomar con fuerza en el panorama empresarial español:

  • Crowdfunding: El desarrollo de esta fuente de financiación ha sido posible gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías y las redes sociales. Consiste en una inversión colectiva, captando un gran volumen de pequeños inversores a través de la divulgación, vía internet, del proyecto a financiar y empleándose plataformas web para formalizar dichas inversiones. Dependiendo de la naturaleza del proyecto, los inversores pueden buscar una participación en éste o simplemente colaborar desinteresadamente. 
  • Crowdlending: Al igual que en el “crowdfunding”, internet juega un papel fundamental. En este caso se trata de una red colectiva de préstamos entre empresas y particulares. Las plataformas web de “crowdlending” son las que analizan los proyectos a financiar para poder determinar un rating y un tipo de interés para el préstamo. Destacar que estos préstamos, al ser entre particulares y pymes, no están respaldados por el Fondo de Garantía de Depósito. 
  • Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF): Se trata de una plataforma a través de la cual las pymes buscan financiación emitiendo productos de renta fija. Este mercado va dirigido a empresas solventes que buscan liquidez captando, principalmente, inversores institucionales. 
  • Mercado Alternativo Bursátil (MAB): Con un funcionamiento similar al de la bolsa y también supervisado por la CNMV, se trata de un mercado de financiación para pymes. Es una buena alternativa ya que aporta visibilidad al proyecto. Al estar supervisado por la CNMV, las empresas que aquí cotizan deben cumplir numerosos requisitos regulatorios que aseguren la transparencia de datos, lo cual resulta muy atractivo para potenciales inversores pero entorpece la entrada de nuevas empresas en esta plataforma. Esto no quita, por desgracia, que en los últimos tiempos haya habido «sonoros» sustos con alguna de las empresas cotizadas en el MAB. 
  • Préstamos Participativos: Son préstamos que se conceden para realizar proyectos de inversión en los que no es necesario aportar garantía, la capacidad de generación de caja del propio proyecto de inversión es suficiente.  Incrementan los fondos propios de la compañía y tiene unos costes financieros muy bajos. En lugar de devolverse en cuotas mensuales fijas, el préstamo participativo se devuelve cuando la compañía genera beneficios. 
  • Private Equity: Es una fuente de financiación en la que un inversor entra en el accionariado de una empresa no cotizada incrementando los fondos propios de ésta. Suelen ser inversiones en empresas ya consolidadas, por periodos, a priori, no superiores a 5 años. En este periodo el inversor suele aportar los recursos necesarios para revalorizar la compañía y salirse del accionariado con plusvalías. Se trata de una vía de financiación bastante interesante para el empresario, ya que el inversor además de aportar recursos económicos suele aportar un equipo gestor muy cualificado capaz de crear valor para la empresa. 
  • Capital Riesgo: Las operaciones de esta naturaleza son parecidas a las de Private Equity, en las que un inversor aporta fondos a una compañía con la intención de revalorizarla en un periodo no superior a 5 años. La principal diferencia entre el Private Equity y el Capital Riesgo es la etapa de madurez en la que se encuentra la empresa objetivo, en este caso suelen ser compañías más jóvenes con un mayor desarrollo potencial (riesgo). Aquí también, el inversor participa de la gestión tratando de identificar las palancas de valor y lograr su objetivo al finalizar el periodo de la inversión. 
  • Venture Capital: Se trata de una operación encasillada dentro de las operaciones de capital riesgo, pero en este caso la empresa objetivo es una Start-up. Se trata de una fuente de financiación muy interesante para los emprendedores ya que los inversores suelen ser compañías grandes que hacen posible el despegue de la empresa. 

Como decíamos al principio de este artículo, parece que afortunadamente el acceso al crédito bancario comienza a rehabilitarse, lo que supone un balón de oxígeno para la empresa española; pero quizás, la empresa española, tal y como hacen en otros países, debería minimizar su dependencia de la financiación bancaria y valorar alternativas como las aquí expuestas. Para ello, es básico y necesario un firme compromiso, tanto de Gobierno e Instituciones implementando medidas que fomenten estas alternativas, como de empresarios actuando con responsabilidad y aceptando las obligaciones de transparencia.

Borja Arrizabalaga Llantada

LEGORBURO CONSULTORES

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